miércoles, 4 de febrero de 2015

Videos de sexo

-De verdad, espero que no te moleste lo que voy a preguntarte.
Yo creo que después de haberte sentado a mi lado y haberme jodido molestado con tu conversación desde el principio, ya nada puede ofenderme...
-¿Eres rubia natural?
@@·##''\\@@~~~%%%
Que me contara en qué trabajaba, dónde vivía, qué hacía en Valencia y dónde iba y por qué... pase.
Que bromeara diciendo que le cambiara mi precioso teléfono móvil por el suyo sin teclado... pase.
Que me explicara que su coche estaba en el taller por un problema con no sé qué del carburador... pase.
Que dijera que si quería él podía sujetar mi bolso en Gayforit piernas para que yo no tuviera que dejarlo en el suelo... pase (aunque es un poco friki)

Pero que me pregunte algo así para decir después que me queda muy bien este color (¿acaso me ha visto con alguno otro en su vida?)... eso ya no. No, no, no. Y como no me sale ser borde, porque no me sale, es un problema de largo tiempo atrás, pues hasta acabé dándole las gracias por el cumplido...

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He hablado con mi médico de cabecera (es el eufemismo que utilizo para referirme al psiquiatra :p) y me ha dicho que os diga que... "tranquilos todos. Laura está bien. Sus últimos posts dotados de una exagerada sensibilidad y ñoñería no significa que la hayamos perdido para siempre. Ha tenido unas desconexiones neuronales como consecuencia retardada del esfuerzo por los exámenes, pero volverá a la normalidad en breve. Eso sí, el proceso sería más sencillo si entre todos le regalárais un autobús de dos pisos hecho de chocolate con leche, con un conductor de chocolate blanco y que las ruedas fueran grandes galletas Oreo".
(Ale, ya habéis oído al médico) :p

¿Cómo lo haces? Lo de provocarme un abanico de sensaciones, digo... de querer odiarte y no poder por ese retraso que casi nos deja sin todo lo que nos trajo la noche a notar que no puedo soltarte... "Que no amanezca", decía sin hablar con cada suspiro. Que la luz del sol no sustituya a la de las velas que flotan en el agua, que no tengamos que cerrar la 307 por última vez, que, haciendo una excepción, las agujas del reloj quieran darnos una tregua. Qué ingenua... como si no supiera que contigo avanzan saltándose los minutos.
Nadie más lo entendería, los dos lo sabemos. Pero yo te miraba dormir y, además de enternecerme tanto, sabía que estaba justo donde quería estar. Todo lo que no fuese aquella noche no importaba. Se trataba de disfrutar del momento olvidando que sólo podría ser eso: un momento... (qué pequeño comparado con la eternidad pero qué intenso parecía, ¿no?)

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