Yo tengo una paciencia con mi familia paranormal. Paranormal tanto la familia como la paciencia. De vez en cuando pego un grito o contesto con gruñidos que en mi idioma significan "no quiero hablar, no me des conversación", pero el resto del tiempo tolero y aguanto como una campeona sus "pruebas". Porque yo creo que esta gente me prueba. Teniendo los mismos genes no entienden cómo yo soy normal y ellos no. Y de eso hay ejemplos evidentes a lo largo y ancho de este blog, no me hagáis ser reiterativa, Somatoline.
Como decía, tengo una paciencia infinita. Y es que si no, no me explico cómo no eché a mi madre de casa el otro día :p
Llego del gimnasio. Llegar del gimnasio significa ARRASTRARSE hasta el sofá tal cual entras por la puerta.
-Mamá, no me puedo mover, hoy creo que me he pasado... te voy a enseñar la camiseta para que veas cuánto he sudado...
-Laura, ¿por qué a ti te duele la tripa cuando haces abdominales y a mí no?
-¿? Mamá, ¿qué dices? ¡A mí sólo me dolía al principio! Lo normal es que ya no te duela...
-No, no, no, eso es que lo hago mal.
-Que no leñe, que llevas ya mucho tiempo en el gimnasio...
-Pero a ver, a ti cuando subes, ¿se te pone duro el ombligo?
-Ay... pues claro, y me tiembla todo el cuerpo, ¡vamos!
-¿¿Ves?? Eso es que yo las hago mal. ¡Venga, haz que quiero ver cómo haces abdominales!
-¿¿¿¿PERO QUÉ TE HAS FUMADO???? Mamá, llevo dos horas haciendo deporte, déjame estar, anda.
http://somatoline10.com/ |
No he terminado de pronunciar la frase cuando me empuja desde el sofá y me tira al suelo.
-¡Venga, sube!
-Mamá, so loca, ¿qué haces?
Y me sube la falda a la altura de las tetas:
-Es que tengo que ver si se te pone duro el ombligo y si no te desnudo no te veo, ¡¡venga, subeeeee!!
Y allí estaba yo, queridos míos. Haciendo abdominales en el comedor de mi casa con la falda subida, la espalda helada y un cabreo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario